Windows es un sistema operativo que está evolucionando y cambiando constantemente. El sistema de Microsoft no solo cambia entre versiones, sino que incluso dentro de una misma versión se producen actualizaciones que alteran su comportamiento y pueden causar conflictos y problemas de compatibilidad. Un ejemplo de esto fue el Service Pack 3 de Windows XP, que se convirtió en requisito para ejecutar muchos programas. Lo mismo ocurrió con Windows 10, donde algunas aplicaciones exigían builds específicas para funcionar correctamente.
En teoría, cada nueva versión de Windows debería mantener compatibilidad con los programas anteriores. Sin embargo, esto no siempre es así. Podemos comprobarlo de una forma muy sencilla, y es que si intentamos ejecutar cualquier software antiguo en un PC moderno, es muy probable que, al intentar abrirlo, nos encontremos con distintos errores, bloqueos o directamente con la imposibilidad de abrirlo.
Lo que muchos no saben es que Windows cuenta, desde la era de Windows XP, con una capa de compatibilidad que nos permite ejecutar estos programas antiguos sin necesidad de recurrir a una máquina virtual o a otras técnicas avanzadas. No funciona el 100% de las veces, pero sí que nos puede sacar de más de un apuro en caso de necesitarlo. Te vamos a explicar cómo funciona.
Cómo ejecutar aplicaciones de Windows XP en Windows 10/11
Si bien es cierto que Windows XP es un sistema que lleva más de 20 años en circulación, todavía podemos encontrar alguna que otra aplicación diseñada específicamente para este sistema operativo, especialmente videojuegos antiguos que no se han actualizado a nuevas versiones de Windows. Sin embargo, eso no significa que si tenemos alguno de estos programas no podamos seguir ejecutándolo en versiones más modernas de Windows, como es el caso de Windows 10 y Windows 11.
Todas las versiones de Windows siempre han ofrecido soporte para ejecutar aplicaciones de versiones anteriores de Windows sin tener que hace ningún cambio en el sistema ni tener que utilizar emuladores de aplicaciones antiguas. Lo que sí es verdad es que, conforme Microsoft lanza una nueva versión, obviamente, reduce el soporte nativo, al menos en teoría, para ejecutar aplicaciones más antiguas, ya que las necesidades de los usuarios en este sentido se van reduciendo.
Windows 10, al igual que Windows 11, ofrece retrocompatibilidad con aplicaciones antiguas hasta Windows Vista, versión de Windows que se lanzó en 2007 para suceder a Windows XP. Las diferencias entre Windows XP y Windows Vista son principalmente estéticas, por lo que no afectan a la compatibilidad. Por ello, si tienes la necesidad de ejecutar aplicaciones de Windows XP en Windows 10 o Windows 11, debes realizar los pasos que te mostramos a continuación:
- Debemos localizar el ejecutable, o acceso directo, del programa que queremos abrir y entrar en la ventana de «propiedades» haciendo clic en él con el botón derecho del ratón.
- A continuación, pulsamos en la pestaña Compatibilidad. Una vez dentro, marcaremos la casilla «Ejecutar este programa en modo compatibilidad para», y pulsamos en el cuadro desplegable para ver la lista de sistemas compatibles.
- El sistema que vamos a elegir, como hemos explicado, es Windows Vista. Lo marcamos en la lista, y ya está. Aunque tenemos otras opciones en la parte inferior (ejecutar como administrador, deshabilitar optimizaciones, etc), en un principio no vamos a marcarlas, a no ser que el programa siga sin funcionar.
- Con todo listo, ya solo nos queda pulsar en «Aplicar» y, acto seguido, en «Aceptar». A continuación, lo único que debemos hacer es ejecutar de nuevo el juego, o programa, haciendo doble clic sobre él.
Si no sabes qué versión de Windows elegir en el desplegable que acabamos de ver, este modo de compatibilidad tiene su propia herramienta para ayudarnos. Una vez en la pestaña de compatibilidad anterior, seleccionamos el botón «Ejecutar solucionador de problemas de compatibilidad».
Esto iniciará un asistente que probará configuraciones recomendadas automáticamente, una opción ideal antes de llevar a cabo ajustes manuales.
Limitaciones y restricciones
Aunque útil, no es un truco perfecto, y puede fallar, o dar problemas, por muchos motivos. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que Windows 11, al igual que Windows 10, no incluye el subsistema NTVDM (NT Virtual DOS Machine), un componente obsoleto para ejecutar aplicaciones de 16 bits, tal y como documenta la propia Microsoft en su documentación oficial. Esto afecta, sobre todo, a programas diseñados para Windows 3.x o MS-DOS, los cuales no se pueden correr dentro de esta capa de compatibilidad de ninguna manera.
Otra limitación importante del modo compatibilidad son los drivers. Estos controladores de hardware han sido diseñados para versiones anteriores de Windows (XP, Vista, 7), y, aunque activemos este modo de compatibilidad, suelen ser incompatibles.
Otro aspecto importante a destacar son las restricciones de seguridad. Algunos programas antiguos intentan acceder a funciones restringidas del sistema que, por seguridad, hoy están bloqueadas. Por ejemplo, antes era común que los programas tuvieran acceso al registro de Windows o a carpetas protegidas. El modo de compatibilidad no puede saltarse estas restricciones, por lo que el programa puede fallar o cerrarse inesperadamente.
También hay que tener en cuenta que, si el software depende de librerías antiguas, como Visual Basic 6, DirectX 9 o versiones específicas de .NET Framework, puede que no se ejecuten correctamente sin instalar manualmente estas versiones en nuestro equipo. Además, aplicaciones que usan modos gráficos antiguos (como resoluciones fijas o renderizado DirectDraw) pueden también mostrar errores visuales o no abrirse en absoluto.
Si nos topamos con estos problemas, nuestra recomendación es optar por otro sistema de emulación, como:
- Máquinas virtuales con Windows XP o Windows 7.
- Emuladores, como DOSBox, para ejecutar programas de MS-DOS y Windows 3.x.